Panel 1

Hola a todos

Leer más...

Panel 2

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit. Vivamus porta tortor sed metus. Nam pretium. Sed tempor. Integer ullamcorper, odio quis porttitor sagittis, nisl erat tincidunt massa, eu eleifend eros nibh sollicitudin est. Nulla dignissim. Mauris sollicitudin, arcu id sagittis placerat, tellus mauris egestas felis, eget interdum mi nibh vel lorem.

Leer más...

Panel 3

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit. Vivamus porta tortor sed metus. Nam pretium. Sed tempor. Integer ullamcorper, odio quis porttitor sagittis, nisl erat tincidunt massa, eu eleifend eros nibh sollicitudin est.

Leer más...

Panel 4

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit. Vivamus porta tortor sed metus. Nam pretium. Sed tempor. Integer ullamcorper, odio quis porttitor sagittis, nisl erat tincidunt massa, eu eleifend eros nibh sollicitudin est. Nulla dignissim. Mauris sollicitudin, arcu id sagittis placerat.

Leer más...

Panel 5

Vestibulum purus. Duis nec odio. Praesent sed nulla ac nibh luctus bibendum. Pellentesque fringilla, leo et rhoncus porta, turpis nulla sollicitudin ligula, et varius ipsum lectus eget ligula. Donec diam.

Leer más...

miércoles, 11 de marzo de 2009

Cortometraje: Binta y la gran idea

Cortometraje que pertenece a la película 'En el mundo a cada rato'. Rodado en Senegal con la ayuda de UNICEF, conduce al espectador al mundo de Binta, una niña de siete años que pone en marcha una obra de teatro infantil para mostrar el deseo de su prima de ir al colegio




Más información en la página http://www.unicef.es/contenidos/585/index.htm?idtemplate=1

Leia Mais…

Erased, wiped off the map

Adjuntamos aquí, en relación con la última entrada, un trailer de un documental firmado en Gaza. Transmite una perspectiva desde dentro, a través de la única cámara extranjera que filmó el ataque en su totalidad.
Lo grabo el testigo Alberto Arce, que enviaba sus crónicas a Radio Euskadi.

Leia Mais…
martes, 10 de marzo de 2009

Gaza es una vergüenza, por Javier Aisa

Gaza es una vergüenza
Javier Aisa, Área Internacional de IPES.

Cuando el precio de la carne para guisar llega a los 13 dólares y el ingreso medio de más del 75 % de la población es de 2 dólares al día, las personas que sobreviven en la cárcel de Gaza han considerado una liberación la voladura de un kilómetro del muro que les separaba de Egipto. La mayoría de los días no tienen luz, ni alimentos básicos. Padecen escasez de medicinas y apenas disponen de agua. Por eso, el millón y medio de habitantes que se hacinan en ese territorio al borde del Mediterráneo (dos terceras partes en campos de refugiados, una densidad media de 7.725 personas por kilómetro cuadrado en la mitad de Gaza donde se concentra la población; la de Israel es de 307 personas) se sienten “como un cadáver” –así se menciona en un blog- debido al asedio que ha impuesto Israel desde el 17 de enero a lo que denomina “entidad enemiga”.
Estas duras medidas son inhumanas e inmorales, pero además son inútiles. El argumento israelí es defensivo: responder al lanzamiento de cohetes kassam por los milicianos palestinos contra los pueblos israelíes próximos. Un total de 1.786 en el año 2006. Pero esa tesis es cuando menos parcial, porque Israel ha disparado contra Gaza 14.100 obuses de artillería en el mismo periodo de tiempo. Se trata más bien de un castigo a toda la población y una táctica destinada a minar su ánimo y a desgastar por la fuerza al movimiento islamista, quizá con la intención de proceder luego a una invasión en toda regla. Grave error del Gobierno encabezado por el primer ministro Olmert, que entrega la política exterior a los generales de división, ahora al ministro de Defensa -el laborista Barak- un rival que aspira a ganar popularidad (un 67 % de los israelíes quiere el endurecimiento de las sanciones) a base de contribuir con la violencia a que Gaza se pudra y Olmert dimita por incompetente. Los bombardeos, los aviones espía, el bloqueo y las incursiones nocturnas no evitan que Sderot, en tierra israelí, sea un blanco alcanzable. Hamás ha obtenido un gran éxito propagandístico, ha recuperado la iniciativa política, oculta sus errores acusando de todos los males a Israel y suma nuevos adeptos a sus filas, mientras espera la llegada del Tsahal para demostrar que puede ser vencido o al menos contenido como en Líbano. Las milicias islamistas continuarán rearmándose a través de las decenas de túneles que desde hace 25 años cruzan la línea Saladino, que marca la frontera entre la franja de Gaza y Egipto, según el tratado de paz firmado por El Cairo y Tel Aviv en 1979 y por donde entran armas, medicinas, personas, alimentos y todo tipo de mercancías, por valor de 339 millones de euros al año.
Gaza formaba parte de Palestina durante el mandato británico. Luego fue entregada a la administración egipcia tras la guerra de 1948, sobre todo con el propósito de impedir que surgiera una administración palestina autónoma. Egipto apenas se preocupó de los habitantes de este rectángulo de 370 km2 y hasta obstaculizó que ejercieran sus derechos nacionales.
La economía palestina está siendo destruida progresivamente. Desde los acuerdos de paz de Oslo y su aplicación a partir de 1993 las condiciones económicas y sociales de la población han empeorado. La agricultura, los servicios, la industria, el comercio y las inversiones han descendido a tasas de crecimiento negativas. El Producto Interior Bruto “per cápita” ha caído desde 1.500 euros en 2000 hasta 700 en 2006 (el de Israel es casi de 25.000). Las causas son el cierre de los territorios, la fragmentación y cantonalización, la confiscación y anexión de tierras y la retención de los ingresos fiscales llevada a cabo por Israel. No por conocidos algunos datos de la franja son menos duros para sus moradores: en Gaza cerca de la mitad de la población está sin trabajo, la tasa de fertilidad es de 5,5 a 6 niños por mujer (en 20 años se duplicará el número de habitantes) y un 80 % tienen menos de 50 años y de ellos el 50 %, 15 o menos años. El acuífero costero no tendrá recursos en 10 años. Sin posibilidad de trabajo, viviendas y servicios sociales, a los habitantes de Gaza sólo les queda la resistencia a toda costa. No tienen mucho más que perder.Desde el día que los colonos judíos salieron de Gaza, en el verano de 2005, el Gobierno israelí considera que ya no es responsable de ese territorio. Tampoco es que antes le importaran mucho quienes vivían allí, porque no se gastó un shekel en edificar una habitación de hospital ni en horadar un pozo de agua potable. Sin embargo, ejerce un férreo control desde el exterior. “Gaza es un infierno al lado de nuestras casas. Pretendemos apagarlo echando más leña al fuego” escribe, pesimista, el intelectual israelí Yigal Sarna, y añade “el alcance de los cohetes está señalado por la profundidad de la desesperación”. Israel nunca obtendrá su seguridad si Gaza no recupera la libertad.

Leia Mais…

La situación del Congo, por Ion Sobrino

Multinacionales que quieren prolongar la guerra en el Congo:


Zenit, agencia de noticias del Vaticano, dijo hace poco que “la crisis humanitaria más olvidada en nuestro planeta es la del Congo” De vez en cuando en los medios asoma la tragedia pues ya no hay modo de ocultarla. Pero lo que se dice de ella es todavía irrisorio e insultante en comparación con la magnitud de la barbarie y el genocidio. Y no hay llanto, ni pedir perdón, ni propósito de enmienda.

En esta Carta a las Iglesias de vez en cuando decimos una palabra sobre el Congo. Es un muy pequeño grano de arena.
Ahora, aunque no sea más que por pudor, volvemos a recordar a ese inmenso “pueblo crucificado”. Presentaremos, resumidamente, tres textos que han llegado a nuestras manos estos días. Terminaremos con una breve reflexión.

1. “Quieren prolongar la guerra en el Congo”
En Periodista Digital del 27 de noviembre el jesuita Ferdinand Muhigirwa acusa a la comunidad internacional de querer prolongar la guerra en el Congo. “Si la comunidad internacional lo quisiera realmente, la guerra en la República Democrática del Congo terminaría en pocos días”.
Y da la razón. “Está claro que la raíz del conflicto son los minerales, de los que se benefician las empresas mineras y los países extranjeros, pero no la población autóctona que se ve obligada a vivir con menos de un dólar al día”. Los organismos supranacionales, como la Unión Europea, prefieren que la contienda se mantenga y ”se prolongue en el tiempo de forma interminable”.
El genocidio, por causa de la guerra y la pobreza, es claro. “Es terrible que en un país tan extremadamente rico la población viva abocada a tales niveles de pobreza”. Y crece la deshumanización.

En El Salvador lo entendemos bien. Desde hace décadas se produce el abandono progresivo de la agricultura: “la gente no quiere seguir trabajando en los sectores tradicionales porque prefiere enriquecerse en las minas” Y sufren los niños: “Las familias permiten a sus hijos abandonar el colegio desde edades muy tempranas para excavar. Creen que así se van a hacer ricos, cuando después la mayoría no consigue más de 50 dólares al mes”.
Son palabras mayores.
1. la guerra en el Congo es un genocidio que ha producido 5 millones de muertos en 15 años.
2. El genocidio puede ser detenido, pero la comunidad internacional, las democracias del Norte, no quieren detenerlo.
3. El Congo es un pueblo activamente crucificado.
2. “El teléfono celular: ataúd del Congo”


En lenguaje periodístico Cristóbal Saura explicaba en El portal del medio ambiente, el 6 junio de 2007, por qué ocurre el genocidio y por qué se oculta.
El genocidio.
En las montañas orientales del Congo hay coltán y niobio, además de oro, diamantes, cobre y estaño. El coltán, abreviatura de colombio-tantalio, está en suelos de una antigüedad de tres mil millones de años. Se usa con el niobio para fabricar los condensadores para manejar el flujo eléctrico de los teléfonos celulares. Cobalto y uranio son elementos esenciales para las industrias nuclear, química, aeroespacial y de armas de guerra. Alrededor del 80% de las reservas mundiales de coltán están en el Congo.
Por el control de estos minerales escasos hay una guerra tremenda. Los poderes multinacionales quieren controlar la minería de la región. Conclusión: “el motivo del genocidio son estos minerales que buscan las corporaciones” y además están destruyendo la segunda área verde del planeta después del también amenazado Amazona.
Un poco de historia.
En 1996 Estados Unidos patrocinó una invasión de fuerzas militares de las vecinas Rwanda y Uganda. Hacia 1998 tomaron el control y ocuparon las áreas mineras estratégicas. Muy pronto, el ejército rwandés comenzó a ganar más de 20 millones de dólares por mes con la minería del coltán. Hay cientos de informes que denuncian abusos de los derechos humanos en esa región minera.
Las empresas con capacidad tecnológica convierten el coltán en el codiciado tantalio en polvo y lo venden a Nokia, Motorola, Compaq, Sony y a otros fabricantes que lo usan en teléfonos celulares y otros aparatos de tecnología “de punta”.
Keith Harmon Snow dice que para analizar la geopolítica del Congo y las razones de una guerra casi inacabable desde 1996, hay que comprender el crimen organizado por negocios multinacionales.
La guerra del Congo se planificó con las inversiones de corporaciones multinacionales de Estados Unidos, Alemania, China y Japón en la región. Y está apoyada por las más poderosas corporaciones, la Cabot Corporation y al OM Group, de Estados Unidos; la HC Starck de Alemania; y Nigncxia, de China.
Redes criminales, preparadas y mantenidas por esas multinacionales, practican la extorsión, soborno, violación y matanzas. Y obtienen beneficios sin precedentes con la minería del Congo. Hasta 6 millones de dólares en cobalto crudo salen a diario de la RDC. Sin embargo, casi nunca aparecen estas compañías en los informes sobre derechos humanos.
Personajes relacionados con el negocio del coltán han estado muy cercanos al gobierno de Estados Unidos. Sam Bodman fue llamado por el Presidente Bush en 2004 para ser Secretario de Energía. Nicole Seligman fue consejera legal de Bill Clinton. Muchos que alcanzaron posiciones de poder en la administración Clinton pasaron a altos cargos en Sony Corporation.
En el negocio participan distribuidores norteamericanos de armas, como Simax, y las compañías que fabrican material de guerra para el Pentágono, llamadas “proveedores de Defensa”, Lockheed Martin, Halliburton, Northrop Grumman, GE, Boeing, Raytheon y Bechtel. Incluso organizaciones pseudo humanitarias como CARE, el Comité de Rescate Internacional; “Conservation”, empresas de relaciones públicas y grandes medios de comunicación como The New York Times.
Se han hecho grandes fortunas, vendiendo electrónica de alta tecnología para que la disfruten los norteamericanos y europeos, los japoneses y los “nuevos ricos” de América Latina, China y la India.
El encubrimiento.
El 5 de junio de 2006, se leía en la portada de la revista Time: “Congo: El Peaje Oculto de la Guerra más Mortal del Mundo”. Es cierto que el artículo mencionaba brevemente el coltán y su uso en los teléfonos celulares y en otros aparatos electrónicos. La guerra era una tragedia horrible, pero nada decía de las actividades de las corporaciones y los gobiernos extranjeros, para, a través de la guerra, apoderarse del coltán. Ni tampoco, de quiénes obtienen de esta guerra resultados financieros y políticos.
Johann Hari en The Hamilton Spectator, el 13 de mayo de 2006, sí analizó el origen de esta y otras guerras en África. “El único cambio a través de las décadas ha sido qué recursos naturales se buscan para consumo occidental: caucho bajo los belgas, diamantes bajo Mobutu y ahora coltán y casiterita”. Lo más cruel es que los medios no dicen nada de que estos conflictos han llevado a la población africana a una vida inhumana.
3. “Cada kilo de coltán cuesta la vida a dos niños”
Lo dice Alberto Vázquez Figueroa en el ABC del 12 de noviembre de este año. Cuenta el impacto de la guerra del coltán en los niños. Reproducimos sus reflexiones, formuladas con palabras de las preguntas y de sus respuestas.
“Los niños, de entre siete y diez años, son grandes víctimas de la lucha por el coltán. Son terriblemente explotados, y se les “paga” 25 centavos de euro al día. ¿Estamos ante la esclavitud del siglo XXI? El coltán lo extraen niños porque se encuentra en yacimientos a muy baja profundidad, y con sus pequeños cuerpos son los que caben mejor por los recovecos.
Muchos de estos niños mueren víctimas de horribles desprendimientos de tierra. Y se quedan ahí enterrados. Lo que no han querido las empresas que fabrican aparatos con coltán es que eso se supiera. Yo he vivido dos décadas en África y algo había oído. Hay fotos de esa barbaridad: niños semiesclavos respirando polvo mientras llueve a mares o se los lleva la riada. Eso es un infierno. Han llegado cientos de miles de refugiados y aquello es un desastre.
Yo me pregunto: ¿cómo en el siglo XXI toda nuestra tecnología depende de que haya un niño dando martillazos a una piedra y a un pedazo de tierra que se le viene encima? ¡Esto es de locos! Todos recordamos a tutsis y hutus matándose a machetazos, no olvidamos las iglesias quemadas con toda la gente dentro, ni a los niños perseguidos, con los brazos y narices cercenados. 700,000 desplazados y ya casi cinco millones de muertos ¡por el maldito coltán y para que nosotros tengamos una vida más cómoda!
No paramos la guerra porque las grandes empresas y gobiernos no quieren que se pare. Si se paraliza la guerra no se hace negocio con el coltán. Se quedaría en el Congo. Quien controle el coltán controlará nuestra vida”.

Reflexiones desde El Salvador
1. No es posible leer textos como éstos sin sentirse mal, pero alguno podrá preguntarse por qué fijarnos en el Congo cuando en El Salvador también vivimos en medio de gravísimos problemas. Y además, poco podemos hacer. La respuesta es: “por pudor”. No se puede ser humano, ni en El Salvador ni en Roma, si no hacemos hoy central el dolor del Congo.
Y también por un mínimo de honradez. En los peores años de represión contra el pueblo salvadoreño, se levantaron voces en Estados Unidos y en Europa para dar a conocer nuestra tragedia y ofrecernos solidaridad. Poco podemos hacer desde aquí, pero al menos difundamos lo que está pasando en el Congo.
2. Por lo que toca a la UCA, ahora que recordamos a nuestros mártires jesuitas sería irresponsable no recordar a los jesuitas del Congo y sus mártires. Un jesuita, Christophe Munzihirwa, arzobispo de Bukavu, fue asesinado en 1996 por defender a cientos de miles de refugiados. Lo llaman “el san Romero de África”.
Ahora recibimos este mensaje de Ferdinand Muhigirwa, jesuita congoleño, director del Centro de Estudios para la Acción Social que clama desde Kinshasa. Nos recuerda las palabras de nuestros mártires. Y nos sentimos hermanos. Y nos acordamos también del Padre Arrupe, cuando nos exigió a todos “la lucha por la justicia”, pagando el precio necesario. 49 jesuitas han sido asesinados desde entonces en el tercer mundo. Y el mismo Padre Arrupe sufrió fuerte persecución al interior de la Iglesia.
3. La realidad del Congo desenmascara la falsedad del “mundo de abundancia, civilizado y democrático”, lo acusa y lo juzga. Casaldáliga escribe: “África ha sido llamada el calabozo del mundo, una Shoá continental”.
Nuestro amigo Luis de Sebastián ha escrito un impresionante libro con el título: “África, pecado de Europa”. Bueno y necesario es recurrir al lenguaje religioso de “pecado”. No es políticamente correcto, pero el lenguaje civil, correcto y democrático, no ha descubierto una palabra equivalente. En teología, “pecado” es “lo que da muerte”. Dio muerte al hijo de Dios y sigue dando muerte a millones de hijos e hijas suyas.
4. Por coincidencia, escribimos estas páginas en el tercer aniversario de la muerte del Padre Jon Cortina.
En el salmo hemos rezado: “En el consejo de los dioses se levanta Dios y los acusa: “¿hasta cuándo juzgarán inicuamente? Juzguen a favor del débil y del huérfano; hagan justicia al humilde y al indigente; liberen al débil y al pobre y arránquenlos de las manos de los impíos”.
Es el juicio de Dios ante la guerra de El Congo contra los dioses, imperios, transnacionales, medios de comunicación.
5. Y permítanme una reflexión personal. Yo me enteré que había una guerra en el Congo hace unos diez años. No sabía lo que era el coltán, ni para qué servía. Y menos sabía de los criminales manejos de occidente para conseguirlo.
De todo ello no me enteré ni en la UCA, ni en mis visitas a Estados Unidos y Europa. Me lo contaron sencillas religiosas que vivieron las tragedias de Ruanda y Burundi, y trabajaron en los campos de refugiados de Bukavu, el Congo. Me abrieron los ojos.
Y les he visto trabajar en comités de solidaridad en toda España, con suma sencillez, con medios muy limitados, pero con gran lucidez y amor. Publican Umoya, revista sobre la realidad actual de África. Siguen adelante. Y son las que más saben de África.
Me recuerdan las palabras que le escuché a Joe Moackley, congresista por Massachussets, cuando venía a defender a los campesinos salvadoreños de la represión del ejército gubernamental: “cuando tengo que votar en el Congreso sobre nuestra política en algún país del tercer mundo, para informarme no me pongo en contacto con nuestras embajadas, sino con religiosas que trabajen allí. Son las que más saben”.
6. Con el coltán se hacen misiles, teléfonos celulares y hasta juguetes. Cuando los usemos recordemos a los 5 millones que han muerto en esta guerra, y recordemos a gentes como Ferdinand Muhigirwa, que nos mantiene en la verdad y en el amor. 7. A las personas a las que he visto mantener la esperanza para el Congo son las religiosas que han estado allá. No son ingenuas, pero con cariño y admiración recuerdan la bondad que han visto.

Leia Mais…
martes, 10 de febrero de 2009

Guatemala

Leia Mais…
martes, 3 de febrero de 2009

ODM. Entrega de las grullas.

El día 8 de enero del 2009 tuvo lugar un acto en el ministerio de exterior de Madrid con el fin de entregar las 25.124 grullas recogidas en la campaña que Medicusmundi realizó con el fin de difundir los Objetivos de Desarrollo del Milenio y reivindicar su cumplimiento.


Algunos de los grupos participaron en la elaboración de grullas de papel para reivindicar a nuestros representantes políticos el cumplimiento de los compromisos adquiridos con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Nos parece interesante que aquellos chavales que participaron en la campaña elaborando grullas, tengan la información de qué se hizo con sus grullas.

Queremos aprovechar para agradecer vuestro esfuerzo, sin vuestra ayuda, nunca se hubiera podido realizar esta campaña, aprovechamos también para enviaros saludos y animaros a seguir haciendo las importantes cosas que hacéis día a día.
Para todos los interesados en obtener el dossier, pueden ponerse en contacto con Montxo.

Leia Mais…
 
Ir Arriba